Cuando a lo largo de todos estos años hemos
conmemorado el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer
Trabajadora hemos visto como las condiciones de vida –generales- de la
mujer, entendiendo en ello las socio-económicas, no han experimentado
avances, si no todo lo contrario: el machismo y patriarcado sí avanzan
en esta injusta sociedad. El “número” de mujeres asesinadas por sus
parejas o exparejas sigue siendo indignante y obsceno; al igual que la
violencia y discriminación “diaria y consentida”. Reivindicar un cambio
de sistema, el fin del capitalismo con el consiguiente reparto de la
riqueza es cada vez más necesario, más urgente, en todos los países
del mundo al tiempo que es necesario hacer hincapié en la
“feminización de la pobreza” internacional.
En el último informe de la
Fundación FOESSA se incluye un cuaderno específico titulado “La
pobreza en España desde una perspectiva de género”, en él se hace un
análisis exhaustivo de los indicadores de empleo, salariales, etc, del
que pueden extraerse interesantes conclusiones. Aunque parece,
estadísticamente, cierto que estos indicadores señalan que la feminización de la pobreza
en España presenta un crecimiento menor que la de los hombres (1,3
frente al 3,7), no olvidemos que estos índices se hacen en comparación
con la pobreza en general y que no indica que la tendencia al
empobrecimiento se haya frenado, sino que ha aumentado entre los hombres
debido a que se vincula a la perdida de los puestos de trabajo,
mientras que la menor vinculación de las mujeres al mundo laboral hace
que no se hayan resentido por esta tendencia, lo que no deja de ser
preocupante.
La menor vinculación de la mujer al mercado laboral es uno de los
elementos clave en la desigualdad, la también feminización del paro
aumenta la dificultad para superar la precariedad. La conquista del
mercado laboral ha supuesto aceptar condiciones de empleo traducidas en
brecha salarial por encima del 16%, empleos a tiempo parcial ocupados
mayoritariamente por mujeres, dificultad (cuando no imposibilidad) de
acceso a puestos mejor remunerados, al tiempo que no ha habido ningún
esfuerzo por fomentar la corresponsabilidad en las tareas del hogar y
cuidados; tareas que por otro lado el sistema invisibiliza e ignora,
tanto a la hora de remunerar, como de reconocer la esencialidad que para
el mismo sistema estas labores tienen.
Y esto en cuanto a las mujeres que han podido acceder al mundo del
trabajo, pero no olvidemos que las tasas del paro son muy desiguales
entre mujeres y hombres, aún en el siglo XXI, según podemos observar
en la EPA del IV trimestre de 2014 2 el desempleo en las mujeres es casi
2 puntos superior al de los hombres; estas diferencias se han reducido
respecto a años anteriores, pero se han debido más a la pérdida de
empleo de los hombres que a la creación de empleo ocupado por las
mujeres.
Todo ello nos lleva a la reflexión sobre la verdadera evolución hacia
la igualdad entre hombres y mujeres, si estas cifras y situaciones nos
permiten hablar de un cambio en el paradigma social, o más bien de un
mantenimiento de las estructuras basadas en las diferencias de sexo y
género. Y sobre todo nos lleva a preguntarnos cuánto tiempo más debe
pasar para que podamos estar hablando de un mundo de personas, en el que
nadie oprima a nadie, más allá de las clases, por razón de su sexo.
Nos lleva, pues a hacer un cuestionamiento del sistema, desde la
perspectiva de género, que conduce a reivindicar un auténtico cambio
social y cultural.
La lucha colectiva sigue siendo el único camino, por ello las
organizaciones sindicales y sociales que componemos el Bloque combativo y de clase
llamamos a acudir a las manifestaciones del 8 de marzo para reivindicar
el fin de patriarcado asesino y del capitalismo opresor.
- BLOQUE COMBATIVO Y DE CLASE
- ALTERNATIVA SINDICAL DE TRABAJADORES (AST)
- BALADRE
- CONFEDERACIÓN GENERAL DEL TRABAJO (CGT)
- CONFEDERACIÓN NACIONAL DEL TRABAJO (CNT)
- COMISIONES DE BASE (CO.BAS)
- COORDINADORA SINDICAL DE CLASE (CSC)
- ECOLOGISTAS EN ACCIÓN
- INTERSINDICAL ARAGÓN (IA)
- SINDICATO ASAMBLEARIO DE SANIDAD (SAS)
- SOLIDARIDAD OBRERA (SO)
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